Hay gente
que afirma que los videojuegos para smartphones les van a comer el
terreno a los videojuegos en videoconsolas hasta el punto de que
acabarán con ellas.
Hay juegos de gran calidad y con una buena historia
en los smartphones, así como el Infinity Blade, Final Fantasy (varios),
Plants Vs. Zombies (1 y 2), Radiant (os lo recomiendo encarecidamente),
Dexter y Dead Trigger, entre algunos otros.
Y por otro lado están videojuegos que requieren una
atención diaria, ya sea para recolectar el dinero o la energía generada o
para iniciar misiones o la creación de edificios, unidades, etc. Juegos
diseñados para un funcionamiento a tiempo real, donde las misiones se
realizan “solas” y en un periodo muy largo de incluso días. Tampoco
tienen una historia con un final, es decir, se basan en crear la ciudad
más grande o el mejor ejército.
Además estos acontecimientos pueden caducar, es
decir, que si no recoges la energía o el dinero generado, así como la
recompensa de las misiones cumplidas, te quedas sin recompensa, por lo
que necesita una atención estés donde estés, y esto solo lo puede
ofrecer un Smartphone con conexión a internet las 24h.
Todos estos juegos de “estrategia” suelen ser
gratuitos, ofreciendo micropagos en su interior; te ofrecen unas
misiones base y para continuar has de pagar o bien puedes comprar
elementos opcionales del juego con dinero real. Podría decir que los
juegos son más completos en las videoconsolas, pero desgraciadamente no
es así.
El mundo de los videojuegos en los smartphones está
creciendo a pasos de gigante. Juegos como el Candy Crush tienen más
publicidad en los medios que las propias videoconsolas de la generación
actual, y si la tienen es por que las desarrolladoras se pueden permitir
esas grandes campañas publicitarias.
Estos videojuegos son un modelo de negocio muy
rentable. Los desarrolladores reciben dinero de la publicidad que
insertan en sus apps, el desarrollador de Flappy Bird recibía la
friolera de 50.000 dólares al día, siendo de descarga gratuita el juego.
Además su desarrollo no es tan costoso como el de los videojuegos para
videoconsolas, ni se es necesario un kit de desarrollo ni un ordenador
tan potente para ello. Tampoco un equipo de tantas personas, con una
persona puede bastar.
Otra de las ventajas del mundo de los videojuegos en
smartphones es que que hay más personas con smartphone que con
videoconsola, es decir, que el público es mayor y además, mucho más
variado, hay gente que tiene Smartphone que en su vida se hubiese
comprado una videoconsola, que gracias al boca a boca o a los amigos que
le incitan, acaba jugando al Candy Crush.
Tengo Smartphone desde hace años, y exploto el lado
gamer. Juego con él a diario y me gusta, pero yo creo que no es nada
comparable a las videoconsolas, la experiencia que ofrecen es totalmente
distinta (no peor, distinta), además de la ristra de juegos que una
consola te puede ofrecer y un Smartphone no, de momento. Realmente nunca
se sabe que pasará el día de mañana.
Y vosotros, ¿qué preferís?
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